Barro, lluvia, épica, constancia, dureza… Muchos sustantivos con aroma de epopeya pueden adornar una crónica sobre cualquier ciclocrós. Una disciplina que ocupa espacio y atención de aficionados en los meses de otoño e invierno y que no para de crecer en seguimiento en interés en los últimos años. Aunque lejos del nivel de las grandes potencias europeas (donde Bélgica y Países Bajos marcan la pauta), nuestro país puede presumir de una gran tradición, especialmente en el norte peninsular. Las pruebas de ciclocrós en España cuentan con un gran bagaje y cultura, especialmente en la cornisa cantábrica, donde se respira el aroma de un deporte que evoluciona sin dejar atrás sentimientos tan puros como el contacto con la tierra y el ambiente rural.
Sin embargo, como en tantos otros ámbitos, el ciclocrós femenino ha tenido que luchar para hacerse un sitio y reivindicar su presencia e importancia en la competición. Como dato que explica por si mismo esta realidad, el Campeonato de España de la disciplina en categoría masculina se viene disputando desde el lejano 1929, mientras que la prueba femenina llegó al calendario a las puertas del nuevo siglo, solo en 1999. Y es en la categoría femenina en la que el Principado de Asturias ha establecido un dominio apabullante en las últimas décadas, gracias a una serie de deportistas ejemplares a quienes va dedicado este artículo, sin desmerecer a otras grandes especialistas y como las gallegas Carmen Armada o Fernanda Espiñeira, la vizcaína Nekane Lasa, la pucelana Rosa Bravo o la balear Ruth Moll, por citar algunas.
El dominio asturiano en el ciclocrós femenino español podría ser, salvando las distancias, equiparable al que las neerlandesas ejercen en el panorama internacional. Pero, a diferencia de estas, y aunque los apoyos, reconocimiento y medios han ido evolucionando y creciendo paulatinamente, nuestras corredoras han alcanzado su éxito sin un gran aparato deportivo detrás, apostando fuertemente por su pasión y haciendo gala de un espíritu competitivo solo al alcance de verdaderas campeonas. De los 23 campeonatos nacionales absolutos disputados hasta la fecha, 16 han sido para ciclistas asturianas (casi el 70%), y más concretamente, sierenses. El concejo del centro del Principado, con sus poco más de cincuenta mil habitantes, puede presumir de una pléyade de auténticas campeonas.
Por orden cronológico, Rocío Gamonal, Aida Nuño y Lucía González conforman una terna que ha capitalizado la especialidad en nuestro país, con cinco, siete y tres entorchados nacionales, respectivamente. A ellos habría que sumar el de Alicia González, hermana de Lucía, en 2017; otra gran ciclista que ha terminado por apostar por la ruta, convirtiéndose en una de las mejores gregarias del potentísimo Movistar Team.
La más veterana, Rocío Gamonal, es un ejemplo de ciclista multidisciplinar que ama la bicicleta en toda su extensión. Además de sus grandes éxitos en el ciclocrós, del que se retiró a lo grande en 2015 logrando su quinto título nacional en casa, en Gijón, su gran disciplina es y ha sido el mountain bike, donde cuenta con tres maillots arcoíris de campeona del mundo (Team Relay, máster 30 y máster 35). A sus 41 años sigue compitiendo y ganando carreras. Rocío es un ejemplo de cómo se puede llegar a lo más alto desde la humildad y el amor por lo que haces. Una de las más grandes deportistas asturianas de la historia y un espejo en el que toda joven ciclista debe mirarse.
Cuatro años más joven es Aida Nuño. Por palmarés y trayectoria la mejor corredora de ciclocrós de la historia del deporte español. A los siete campeonatos nacionales hay que sumar tres Copas de España, un sinfín de victorias en el circuito peninsular e históricas actuaciones en las grandes pruebas del calendario internacional, destacando el hito de colarse en un top10 de una prueba de la Copa del Mundo en Tábor 2018 (recomendamos vívidamente la lectura del artículo “Media vida en 41 minutos” escrito por Víctor Martín en el volumen 5 de “El Afilador”). Sus duelos con Lucía González siguen marcando la historia de nuestro deporte, y parece que sigue habiendo cuerda para rato. Actualmente en las filas de Club Ciclista Riomiera-Meruelo, sigue siendo referencia y mentora para las jóvenes corredoras de un equipo cántabro cuya apuesta por la base es más que loable. Compagina su vida deportiva con la política, como concejal de Desarrollo, Patrimonio e Innovación en el Ayuntamiento de Siero, y hace poco ha recibido el galardón a Mejor Deportista de Asturias junto a un tal Fernando Alonso, piloto.
Cierra este tríptico de éxito en el barro Lucía González. Al igual que sus predecesoras, ciclista que compagina ruta y barro, logrando su mejor rendimiento en la disciplina invernal. Pura raza y hambre competitivo, la vigente campeona de España lleva varios años dominando junto a Aida Nuño la disciplina. En las últimas cinco ediciones de la Copa de España, de las que ha ganado dos, ha alternado con su rival el primer y segundo puesto, demostrando una regularidad espectacular. La estela de sus predecesoras demuestra que aún le quedan muchos hitos por lograr en los próximos años, con el objetivo de dar un salto en el panorama internacional, donde se mueve cerca a los puestos del top20. Enrolada para la especialidad en las filas del potente Nesta-MMR, y con un entorno que rezuma pasión por el deporte del pedal, es posiblemente, y con permiso de Aída Nuño, la ciclista más en forma del ciclocrós español.
Asturias tiene un filón en un deporte que sigue creciendo y que no debe dejar de lado. La apuesta por la base será clave en los próximos años. Son necesarias pruebas, estabilidad y clubes que sigan dando apoyo a una disciplina ideal para iniciarse en este deporte. El futuro más cercano tiene nombres como Paula Díaz, Sara Cueto o Lydia Pinto, que pueden seguir la estela de las grandes campeonas actuales. Los cimientos, mimbres y modelos para las más pequeñas están bien asentados. Llega ahora el tiempo de aprovechar esa inercia y soñar con ver a una española en la pelea por los pódiums de campeonatos europeos y mundiales.
Escrito por: Víctor Díaz Gavito (@VictorGavito)
Fotos: @ACampoPhoto / Club Ciclista Tenderina