Lejos de los grandes fichajes y movimientos contractuales del WorldTour, el mercado ciclista bulle en las oficinas de todos los equipos, representantes y ciclistas del pelotón mundial. En una temporada de ascensos y descensos, de desapariciones de última hora como la de B&B y de arranque de un nuevo trienio de puntos UCI, las apuestas y sorpresas están a la orden del día.
Los caprichos del mercado suelen ser previsibles, muchos de ellos sabidos y previstos antes ya de que algún community manager con alma de charlatán intente crear una expectación en su mundo virtual inexistente en la realidad. Pero hay veces que, quizás ocultas en la vorágine de la gran actualidad, suceden cosas que resultan sorprendentes. Es el caso de la no renovación del ondense Óscar Cabedo en el equipo Burgos-BH.
La noticia la adelantaba el propio ciclista el pasado mes de octubre a los compañeros de El Farolillo Rojo: el equipo burgalés le había comunicado que no seguiría en la estructura. Decisión que pillaba desprevenido a un ciclista que se había convertido en un clásico del maillot morado después de cinco temporadas siendo uno de los corredores más destacados. No en vano, su papel en las dos últimas Vueltas a España demostraba una gran evolución en su principal característica: la regularidad en la montaña. 19º y 22º respectivamente en las más recientes ediciones de la ronda española, se había convertido en el mejor corredor para la general de un conjunto que tiene en la gran vuelta nacional el principal objetivo deportivo (y económico) del año.

Llama la atención la decisión del conjunto de Julio Andrés Izquierdo y Rubén Pérez. Burgos-BH parece comenzar una apuesta por la reestructuración. Aunque algunos de sus veteranos más ilustres continúen, como el caso de los Madrazo, Navarro, Ezquerra o Jetse Bol; y se mantengan corredores importantes como los combativos Okamika y Langellotti, el escalador Díaz Gallego, la estrella del ciclocross nacional Felipe Orts o el prometedor velocista Manuel Peñalver, el capítulo de bajas es bastante llamativo.
Diego Rubio, otro de sus capitanes en ruta, sigue luchando por volver a competir y evitar colgar la bicicleta después de una auténtica maldición con las lesiones. Una retirada que sí ha sido inevitable para Adriá Moreno, quien, tras no ser renovado, parece haber agotado su alma de trotamundos del ciclismo. Tampoco siguen dos de los tres corredores que han dado victorias a los burgaleses en 2022: el joven neerlandés Alex Molenaar, que se incorpora como punta de lanza al Continental español Electro Hiper Europa, y un Mihkel Raim cuyo paso por el equipo castellano resultó bastante más decepcionante de lo esperado.
En el capítulo de fichajes, la dirección vuelve a buscar apuestas complicadas, con nombre, pero con muchas dudas en cuanto al rendimiento reciente. Es el caso de todo un vencedor del Giro sub23 como el colombiano Andrés Camilo Ardila, que llega después de pasar sin pena ni gloria por el todopoderoso UAE. La incógnita de si será uno de tantos colombianos que no logran adaptarse a Europa planeará sobre él si los resultados no llegan a corto plazo. El consolidado Cyril Barthe, una de las víctimas del affaire B&B y el debut profesional del joven Clément Alleno parecen apuntar al calendario francés. Para sumar puestos, pelear en las volatas y acompañar a Peñalver, llega viento del norte con los cántabros Antonio Angulo y Miguel Ángel Fernández. Por su parte, los novatos Rodrigo Álvarez, Alejandro Franco y el uruguayo Eric Fagúndez deberán confirmar las buenas sensaciones ofrecidas en el calendario amateur.

Una temporada que se antoja importante en Burgos-BH, que se encuentra bajo la espada de Damocles en lo relativo a la invitación a la Vuelta a España. Las renuncias de Lotto-Dstny y Total Energies al Giro hacen difícil pensar que pase lo propio en la ronda española. Si a eso sumamos la supuesta entente de rotación entre los ProTeam españoles, la ecuación se complica. A priori, el duelo Burgos-Euskaltel está servido.
Pero volvamos a nuestro protagonista. Ante la inesperada baja había que lanzarse al mercado con un currículum en el que aún no luce victoria alguna. Un escalador de gran regularidad, al que quizás le ha pasado factura el objetivo de la Vuelta a España. Todavía con 28 años, tiene experiencia y cocción suficiente para dar pasos adelante en este deporte. Sin embargo, ha tocado dar un paso atrás. Bajar de categoría para recalar en el modesto Team Vorarlberg austríaco. Un equipo en el que deberá tomar el relevo en las escaladas del francés Alexis Guerin, puntal y principal colector de victorias en la pasada temporada y que correrá con los belgas del Bingoal en 2023.
Óscar deberá encontrar su espacio, más liberado de los grandes objetivos, y demostrar su talento y capacidad para volver a categorías y calendarios mayores, donde merece estar. Condiciones, experiencia e ilusión no le faltan. Ojalá la suerte esté de su lado y pronto podamos volver a ver al bravo corredor de Onda medirse con las grandes estrellas en las montañas de la Vuelta.
Escrito por Víctor Díaz Gavito (@VictorGavito)
Foto de portada: @ACampoPhoto