Una vez más, el triángulo formado por organizadores, equipos y la UCI están cerca de aguar la fiesta del penúltimo día del Giro de Italia 2023 a través de la posible suspensión de la cronoescalada final y decisiva a celebrarse el 27 de mayo con meta en el inédito y durísimo Monte Lussari.
Que el ascenso hasta ese bello paraje iba a ser problemático para la logística de la carrera se sabía desde que se comenzó a rumorear la inclusión de esta nueva cima meses antes a la presentación del recorrido del Giro en el mes de octubre de 2022. El trazado se presentó exactamente hace 200 días. Pero el momento elegido para protestar y presentar oficialmente una queja ante la UCI es la semana previa al inicio de la carrera. No hablamos de una etapa llana e intrascendente, sino de tal vez la etapa decisiva del Giro.
La organización del Giro ha sido la primera, por circunstancias o por decisión propia, en modificar el trazado que ya habían presentado meses atrás. Si es por una copiosa nevada, qué le vamos a hacer. Es duro para los aficionados esperar una etapa durante medio año para que después acabe por suspenderse. A lo largo del último siglo se ha suspendido el regreso del Giro a la Fauniera debido a los registros de San Remo del año 2001; también media edición del 2013 por la nieve; la etapa reina de 2021 donde eran peligrosos los descensos de Marmolada y Pordoi, pero no el del Giau, más alto e igualmente nevado.
Y más. El trazado de 2009 fue modificado para evitar el paso a Francia que homenajeaba a Coppi en la reproducción de aquella mítica etapa entre Cuneo y Pinerolo de la bendita frase del 10 de junio de 1948: “un uomo solo è al comando”. Todo por el regreso de Lance Armstrong al mundo del ciclismo. Pudimos comprobar más tarde por qué. En 2006 la lluvia había arruinado el Plan de Corones, esas rampas de garaje que deseaban competir con el Angliru. Qué decir del año 2011, donde se aprovechó la desgracia de Wouter Weylandt para arrancar el Monte Crostis de aquella salvaje etapa que finalizó en el Zoncolan.
Los equipos, presuntamente con Bjarne Riis a la cabeza, presionaron el día antes para que se eliminase esta subida, por el peligro de su descenso y por el hecho de que los coches de equipo no pudiesen asistir a los corredores. Motivo que no pareció de peso en otras ocasiones donde el Giro permitió la asistencia a través de motos que fueron trasladadas a salida en helicóptero. Soluciones a problemas es lo que ha de dar una organización, es gran parte de la importancia de su trabajo. El recorte de etapas por presión de los ciclistas, como en Asti en el año 2020.

Sí, podía carecer de sentido la etapa llana de 240 kilómetros a dos días de terminar el Giro. Que lloviese a mares no hizo más que complicar las cosas. ¿Era la primera vez que llovía en una etapa ciclista? ¿Se habían interrumpido otras? ¿Por qué ésta sí? Se esgrimió el argumento de que no tenía sentido una jornada tan larga a esas alturas, y podía tener sentido. Pero no el día en el que se celebra la etapa, no una vez arrancada. Fue una cacicada de los corredores y los equipos, que ejercieron un duro chantaje ante la organización, que se vio obligada a ceder.
Es cierto que el Giro de Italia es de largo la gran vuelta de las tres que más arriesga con los recorridos. Tal vez es al mismo tiempo la que más lo necesita. Y está más que claro que el riesgo ofrece puertas que no son fáciles de abrir o de cerrar. El pelotón tiene sus mandamases, sus líderes, representantes que miran por su propio interés y directores de equipo interesados en el riesgo cero. Quien no arriesga no gana, debe pensar en RCS. Y es cierto que en determinadas ocasiones cruzan la línea, pero no es menos cierto que sin ello el Giro no sería el Giro. Y sin esos riesgos no nos gustaría tanto. ¿O no?
Obras maestras como Finestre o algunas etapas que parecen diseñadas por auténticos Dalís de los recorridos son gracias a esa aventura que va a caballo entre los meses de octubre o noviembre y el de mayo, los que competen a lo relativo al recorrido. Seis meses para ilusionarse y otros seis, los que van de mayo a noviembre para recordar la épica vivida y todos esos momentos que hacen único al Giro y que nos regala edición tras edición hasta de forma inevitable.
La respuesta terminará por ser “la etapa se va a celebrar íntegramente como había sido aprobada por la UCI de cara a la presentación de octubre y tomando todas las medidas preventivas que sean necesarias para su celebración en tanto en cuanto no ha existido suceso alguno que haya variado las condiciones de la etapa. El equipo o ciclista que considere que no se cumplen las medidas de seguridad o técnicas para el desarrollo de una etapa, puede tomar la comprensible decisión de bajarse de la bicicleta y abandonar la carrera en el momento que desee oportuno”.
Lo que hay que evitar a toda costa es que el trabajo se haga mal y tarde. Sin carreras no habría ciclismo. Como el niño consentido que termina por quejarse por tener un plato de comida que no le gusta encima de la mesa. Si el recorrido se conoce desde octubre, el grito en el cielo, las quejas o incluso los plantes se producen entonces, no la semana anterior a iniciar la carrera.

Porque la sensación que queda, aún pudiendo tener razón en el fondo, es que no la tienes. Es que no te has mirado el libro de ruta (que es altamente documentado cada año por el Giro de Italia, con gráficos, perfiles individualizados de cada puerto, cuando no en 3D). Y eso no puede ser, no da sensación de seriedad, de estar remando en una misma dirección. Los equipos, en lugar de poner problemas y restar, deberían estar para sumar y aportar soluciones. En la burbuja se pierde la perspectiva. A veces hay que salir para darse cuenta de las consecuencias de morder la mano que te da de comer.
Porque el deporte cuenta con un factor que cada vez se respeta menos: las marcas que financian a los equipos y a su vez a los ciclistas lo hacen con el fin de que se llegue a la mayor cantidad de aficionados que sea posible. Ese fin publicitario tira piedras contra su propio tejado cuando se ilusiona al espectador con un caramelo que después le será retirado. Y la cronoescalada, sobre la que cada uno puede tener su opinión, llamaba la atención de mucha gente, iba a ser un contrapunto muy interesante a la etapa anterior de Tres Cimas de Lavaredo.
Más aún con el recuerdo de lo que le sucedió a uno de los candidatos a la victoria final (Primoz Roglič) en el Tour de Francia, con aquella amarga e inesperada derrota a manos de Tadej Pogačar en la cronoescalada a la Planche des Belles Filles a un día de terminar. ¿Nos imaginamos qué hubiese pasado si la primera vez del Mortirolo los equipos se hubiesen plantado por ser la subida demasiado dura? Casualmente, en el Tour de Francia los plantes y las quejas quedan en un plano muy secundario. Total, nos siguen el juego planteando etapas de montaña de 120 kilómetros y este 2023 cero traslados.
Veremos cuál es la respuesta del público en julio, pero desde luego que cuando la balanza tiende a contentar más a los equipos que a los aficionados, mal asunto. Ese debate es más largo y más complejo, pero cuando desdibujas tu personalidad para convertirte en otra cosa, corres el riesgo de que esa otra cosa no guste y la gente acabe por olvidar cuál era tu personalidad. Le había pasado al Giro durante los últimos tiempos, con concesiones clarísimas a los cánones actuales. Por suerte, de cara a 2023 habían cambiado de mentalidad. De ahí la cronoescalada a Monte Lussari. El brazo victorioso o el brazo a torcer son las dos opciones posibles. ¿Quién ganará el pulso?
Escrito por Jorge Matesanz
Foto de portada: Bojern-von-Thuelen Fotos: RCS/LaPresse
https://www.hln.be/giro/van-annulatie-was-nooit-sprake-loodzware-klimtijdrit-naar-besneeuwde-monte-lussari-gaat-gewoon-door-wellicht-enkel-aanpassingen-aan-tijdslimiet-en-logistiek~a45fb2de/
Buen artículo como información de fondo pero no estais al tanto de las últimas noticias en cuanto a la etapa mencionada/ cronoescalada Monte Lussari. Ver enlace…
Si no hablais Holandés me presto para ayudaros,
Un saludo,
Paco
Buenas, Paco. Muchas gracias por el comentario y el enlace. Saludos
Hola Jorge:
Te resumo el artículo belga..
Aparte de que la organización aún tiene que quitar mucha nieve (ver foto) la crono-escalada significa un enorme desafio para los equipos ciclistas. No se trata de anular la etapa; sí se trataba de hacer preguntas a la organización y a la UCI para solucionar estos desafios logísticos para los equipos ciclistas. Con tal fin ha habido una reunión el 5 de mayo con todas las partes involucradas donde se han registrado las siguientes preguntas y se ha tomado una importante decision. El primer día de descanso habrá respuestas a las siguientes 4 preguntas.
Decisión:
En principio una moto iba seguir a cada ciclista de salida hasta la meta (solo motos pueden hacer la subida). Se ha tomado la decisión de que el coche de equipo siga cada ciclista hasta el lugar donde se hace el cambio de bicicleta (bici de crono hacia la bici normal; será alrededor del km 10) y a partir de allí la moto. Este lugar será un lugar fijo !
Preguntas:
1. El cambio de bici: hay ya una bici normal lista para cada ciclista en el lugar fijo o se trae la bici encima del coche ?
2. Cambiar el número de grupos de 4 a 3; La idea inicial de la organización es organizar la crono en 4 grupos y tener 45 minutos de pausa entre cada grupo…pero el número de mecánicos por equipo es limitado (3 en la mayoría de los casos). La pregunta entonces es si es posible hacerlo en 3 grupos para no tener a más de 3 ciclistas por grupo y dejando de lado el orden de salida normal de los ciclistas en la crono según su puesto en la CG (se necesita un mecanico en el camión, otro en el coche y un tercero sobre la moto en la escalada)
3. Cambiar el orden normal de salida en la contrareloj; ver punto anterior
4. Como piensa llevar a cabo organizar la organización la idea para los 10 últimos de la CG de utilizar 2 motos por ciclista: una con un mecánico y otra con un jefe de equipo?
El desafío para los equipos ciclistas se complementa con el uso del teleférico justo despues de la etapa para bajar los ciclistas y el hecho de que hay que viajar inmediatamente a Trieste para coger el avion esa misma noche para ir a Roma para la última etapa…
Un saludo a todos,
Paco Avila