Seguro que a estas alturas sabes que Tao Geoghegan Hart ha abandonado el Giro de Italia. A estas alturas a lo mejor ya sepas qué lesión tiene el ciclista de Ineos, no lo sé. Lo que está claro y que a lo mejor sospechabas y no sabías era que el ciclista británico nacido en Holloway, no muy lejos del agujero negro que es el centro de Londres, no muy lejos del campo del Arsenal, era uno de los grandes candidatos a hacerse con este Giro de Italia.
No lo era de salida, donde brillaban más otros ciclistas como Evenepoel o Roglič. Nadie hablaba de Tao, como comúnmente se le conoce en el mundillo. Pese a haber ganado la antesala al Giro, el Tour de los Alpes.
Quien gana allí o ganaba en el Giro del Trentino, denominación anterior, rodaba fuerte en la corsa rosa. Era matemático. Y lo sigue siendo. Algunos de los ganadores acaban por pasarse de rosca y claudicando en la última semana. Lógico, el estado de forma no es eterno. Pero sí que suele dar para estar ahí, para molestar a los ganadores o para quedar bien arriba en la clasificación.
Tao estaba cumpliendo ese papel, si bien tampoco el había dado tiempo a mostrarse más de lo necesario. Es curioso cómo, pese a que la organización del Giro haya dispuesto alguna jornada algo más decisiva que en otras ocasiones en los primeros días, el resultado haya sido parecido.
En esta batalla que parece más una réplica ciclista de los ‘Juegos del Calamar’, el inglés acabó la undécima etapa en ambulancia tras una terrible caída que casi se lleva por delante a la maglia rosa, su compañero Geraint Thomas, y su gran rival. Hubiese sido una tragedia aún mayor para la carrera, que ya queda muy tocada de su primera mitad.
Entre el Covid, las caídas y los posibles recortes de montañas, con el añadido de la lluvia en las cotas bajas por las que la carrera se está desplazando, el Giro 2023 está resultando un auténtico infierno para los ciclistas. Pero también para los aficionados, que no han terminado de ver espectáculo alguno y día tras día, sprint tras sprint, acaban por ver cómo los alicientes que esta carrera tenía en forma de participación se han afeitado bastante.
Posible fractura de fémur para el de Ineos, cuyas imágenes no eran nada halagüeñas al verle abandonar en camilla. Para muchos, el ciclista más en forma y que más opciones tenía de pegar un golpe en la mesa llegada la alta montaña.
Es más, es el único ciclista que está en liza que ha ganado la ronda italiana. Sí, ya no queda ninguno. Quien acabe por ganar en Roma el próximo domingo 28 de mayo lo hará por primera vez. Se había visto un Tao diferente esta temporada, mucho más agresivo desde el comienzo, con presencia aquí y allá (4 victorias, de las que ahora hablaremos). Tercero en Valencia, sexto en Andalucía, tercero en Tirreno y primero en los Alpes.

Un temporadón que iba encaminado a la ambulancia. Estar alineado con el destino es importante. Él lo supo cuando ganó el Giro en el año 2020, cuando entre la pandemia y las circunstancias se encontró con una carrera muy barata que terminó aprovechando para entrar en la historia. Y lo hizo, quizá su única oportunidad, aunque mucha gente pensaba, y no sin motivos, que se trataba de uno de los peores ganadores de la historia de la maglia rosa.
Por eso esta temporada era tan importante, porque así podía limpiar esos fantasmas y aspirar a ganar en buena lid, ante más candidatos de nivel. Eso le iba a reforzar como ciclista y también a dar un poco más de empaque en el cómputo histórico.
Por cierto, un ciclista que este mes de febrero ganó en la Vuelta a Valencia una etapa que suponía su primera y única victoria hasta la fecha fuera de una carrera italiana. Ganó en España y ha ganado este 2023 en suelo austríaco, aunque la prueba fuese el Tour de los Alpes, que es italiana aunque combine montañas de ambos lados de la cordillera.
En ella estrenó su palmarés en 2019 con dos victorias parciales y en ella de momento lo ha cerrado. Esperemos que se recupere bien de su lesión y pueda regresar lo más pronto posible a la bicicleta. A partir de ahí, en la medida de lo posible que recupere este nivel que tan bien le había posicionado. Seguro que cierra una puerta y se abre una ventana, las oportunidades volverán a llegar. Según recoge algún medio, estaba bastante desanimado (como por otra parte es lógico) por este suceso. ¡Ánimo, Tao!
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: RCS/LaPresse