Tim Merlier y Fabio Jakobsen están protagonizando un duelo de guante blanco para ver quién es el que obtiene mayores galones de cara a las grandes citas del calendario, como pueda ser el Tour de Francia. Uno nacido en Bélgica y otro en Países Bajos, dos naciones unidas geográficamente pero con cierta rivalidad histórica en el aspecto ciclista, con campeones de un lado y otro de la frontera y lucha por los mejores trofeos del calendario. Dos naciones que conviven en el Soudal Quick Step como en el caso de estos dos velocistas que se están encaramando en la lista de mejores sprinters del planeta en la actualidad, si bien el panorama actual de la velocidad ofrece un marco de igualdad y reparto del dominio entre cuatro o cinco nombres.
Ambos ciclistas han tenido sus dificultades por diversos motivos a lo largo de su carrera. Precisamente un velocista de Países Bajos que sigue en activo fue el que a punto estuvo de terminar con la carrera de Jakobsen en aquella aparatosa y violenta caída en el Tour de Polonia. A punto estuvo de no contarlo el que fue campeón nacional. La recuperación, larga y dificultosa, fue poco a poco siendo una realidad hasta volverle a ver sobre la bicicleta y no sólo eso, sino que ha regresado a los podios, a los sprints y a ser un ciclista determinante. Le comió el terreno a un veterano como Mark Cavendish y el británico dejó la estructura.

Para relevar al actual ciclista del Astana Qazaqstan, los belgas firmaron a un gran talento del sprint como Tim Merlier, que corría para el Alpecin de Van der Poel. El campeón belga tuvo ante sí el reto de enfrentarse primero al reto de capitanear un conjunto tan potente, pero a base de triunfos en este comienzo de 2023, parece que está hecho a la medida del equipo y que éste también le responde a las mil maravillas. Con Tim en plena forma y haciéndose su hueco en la familia de Lefevere, ¿qué pasará en la convivencia de dos grandes figuras del sprint?
La lógica dice que ambos repartirán calendario y es algo que, de hecho, se está haciendo en este primer tercio de campaña. Pero tarde o temprano vendrán las decisiones y los problemas derivados de ellas, como, por ejemplo, cuál de los dos será el elegido para ser designado como el velocista principal en el Tour de Francia, una prueba en la que ambos cuentan con opciones para ser seleccionados. Un dilema que debe ser resuelto rápido, puesto que se puede valorar la posibilidad de enviar a uno de los dos al Giro de Italia, opción que parece remota porque el equipo va a poner toda la carne en el asador por su gran líder, Remco Evenepoel, que afronta la ronda italiana como un gran reto.

Quedaría la Vuelta a España, un premio mucho menor que el Tour, donde la presencia de Alaphilippe y otros corredores con ciertas aspiraciones mundialistas debería estar asegurada. Por tanto, que los dos estén en Francia puede ser cuanto menos problemático por tener que dejar fuera a algún lanzador. Eso puede ir precisamente en perjuicio de una labor de equipo que normalmente ha estado bastante bien jerarquizada. La imagen que los belgas den en el Tour dependerá en gran medida del sprint de uno de estos dos genios de los metro finales. La decisión es importante y no será nada fácil, sobre todo porque el no elegido puede frustrarse con ello.
Todo apuntaría a que el más veterano en el Soudal Quick Step, Fabio Jakobsen, gozaría de prioridad por ese mismo motivo, aunque la nacionalidad belga de Tim Merlier bien podría agradar a los patrocinadores, también belgas. Se guarda silencio de forma pública en este aspecto, pero bien parece que la carrera por ser el velocista elegido para el mes de julio será algo a decidir en estos meses previos, donde cada sprint va a contar y los dos implicados buscarán acumular el mayor número de victorias. En ese sentido, una competencia sana y normal dentro de un equipo, donde todos los ciclistas luchan con todo derecho por una plaza en la carrera más importante del calendario.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Foto de portada: ASO / Vialatte