Comienza la rumorología con respecto al Tour de Francia 2024. Presentada la edición de 2023 del Tour de Francia, comienza la construcción de la edición 2024 con muchos obstáculos a esquivar y muchas novedades encima de la mesa. La primera es un bombazo que será ciertamente histórico para la carrera, ya que se plantea seriamente la posibilidad de no terminar en París por primera vez en las 110 ediciones celebradas anteriormente. Un hecho producido por la coincidencia del Tour con el inicio de los Juegos Olímpicos celebrados en la capital francesa.
Un quebradero de cabeza que, por otra parte, puede dar cierto juego a los organizadores, con la oportunidad de variar la carrera y buscar otros alicientes para adornar una edición que ya tendrá bastante encanto desde la salida. La salida se plantea en Florencia, en suelo italiano, de La Toscana en concreto. La histórica y artística ciudad se postula como lugar del Gran Depart, con varios días atravesando el país transalpino y llegando a ciudades como Bolonia, Turín y Pinerolo antes de regresar a Francia a través de los Alpes.
Un dibujo que tendrá que ser atípico por definición, ya que al cuarto día se atravesará la cordillera, tal vez esquivando las grandes cimas para ser punto decisivo más adelante de la carrera. La rotación de las cordilleras debería hacer que los Alpes fuesen antes que los Pirineos, si bien es posible que no sea así y que de nuevo las cimas alpinas sean el punto decisivo de la Grande Boucle en 2024.

Para esos detalles habrá que esperar, aunque es más que posible que regrese la meta en Alpe d’Huez, una habitual en años alternos y que en 2023 queda fuera de la ruta. Diez años atrás, en 2013 se barajaron varias posibilidades y una de ellas fue terminar el Tour en su cima. Las negociaciones no fructificaron y París vio acabar el Tour, como es tradición. Se pudo encima de la mesa entonces ser la etapa previa al domingo último en la capital francesa, como se confirmó en 2015.
Comenzó en ese momento un viaje de exploración de recorridos que ha eliminado el concepto de que ese último día competitivo sea una contrarreloj. La montaña ganó esa partida y es una tendencia que parece que ha venido para quedarse durante un tiempo.
El final en París parece tambalearse para esta edición de 2024. Cien años antes, en 1924, se celebraron también los Juegos Olímpicos en la ciudad francesa por excelencia, si bien fueron a finales de primavera y no coincidieron con el Tour, que partió y llegó a París como era tradición en los comienzos de la ronda gala. Ni los Juegos son lo que eran ni el Tour tampoco lo es, con estructuras y repercusiones mucho más asentadas y gigantes. Dos de los eventos más importantes del mundo del deporte. París, por tanto, parece que descansará por primera vez en más de cien años de historia. El dilema viene en cuanto a su sustituto.
Por un lado, parece postularse Niza. Es una ciudad acostumbrada a trabajar con ASO, ya que es el destino final de una de sus carreras más prestigiosas como es la París Niza. Este cambio de escenario permite innovar en cuanto al formato de este final, que no tendría por qué ser un paseo por la costa sin mayor trascendencia, sino que el Tour bien podría imitar a su hermana pequeña en una cronoescalada final al Col d’Eze o con una etapa donde la clásica cima sea el punto decisivo de una etapa en línea y con final en la capital de la Costa Azul.

Los problemas pueden venir de la mano de más coincidencias. Un final de Tour aglomerará muchas personas, más allá de la propia caravana que mueve la carrera. Terminar el Tour en un sitio tan poblado durante los meses de verano puede causar problemas, excesos de público y molestias para los visitantes.
Es más, pocas veces localidades costeras reciben la visita del Tour. Tampoco estará muy necesitada la ciudad para demostrar ante el mundo su calidad y atractivo turístico, aunque ser final del Tour puede ser un hito histórico para Niza, sin duda.
Ello podría poner sobre la mesa un final en Alpe d’Huez como alternativa o en el Mont Ventoux, para darle así un toque de historia y trascendencia. Finalizar una gran vuelta en una montaña es un hecho con que sólo el Giro de Italia se ha atrevido hasta la fecha con aquel mítico final en el Passo dello Stelvio en 1975, decidiendo la carrera para el italiano Fausto Bertoglio por delante del español Paco Galdos, que ganó la etapa. El Tour de Francia 2024 bien podría ser una segunda ocasión.
El mapa diseñado para la edición de 2023, dejando fuera de radar bastantes zonas de Francia, como sobre todo el noroeste, hará que no dejen pasar otro año sin visitar dichas regiones. Y en caso de hacerlo, ya sabemos desde dónde tendrá interés el Tour en dar la salida en 2025, ¿verdad?
Otra posibilidad sería que los Alpes convencionales tuviesen lugar en una fase temprana del Tour de Francia 2024, así como los Pirineos lo van a hacer en la edición de 2023. Los Pirineos irían después, en sentido inverso a las agujas del reloj y posteriormente se podría finalizar la carrera en los Alpes Marítimos, unas cordilleras que reciben al pelotón ciclista de la mano de la París Niza más que del Tour de Francia, que está ausente en dichas montañas desde que en el año 2020 la gran salida se tomó precisamente en Niza y se incluyeron en la segunda etapa puertos como el Col de Turini, conocido del ciclismo de los años 70 y del mundo de los rallies.
Muchas dudas en torno a una edición que promete ser histórica, si bien tendrá mucho que ver lo que acontezca en la edición de 2023, con el ansiado duelo por ver y las lecturas que la organización extraiga de la carrera.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Foto de portada: Toscanainside