Historia

‘Txomin’ Perurena, el campeón de Oyarzun

El ciclista vasco convivió durante dos décadas con los mejores ciclistas españoles y europeos. Desde su primera temporada en el Fagor, en 1966, ha coleccionado las victorias en múltiples carreras. En la Vuelta a España, donde ha tenido su particular coto de caza, tiene el récord de días de líder (31) sin haber ganado ni una sola edición de la tercera grande del calendario. Fue segundo en 1975, donde perdió el liderato el último día ante otro gran campeón como Agustín Tamames. Y lo hizo en su tierra, en las calles de San Sebastián, en una contrarreloj de 32 kilómetros que cerraba la carrera. Sólo 14 segundos le separaron del éxito. 

En la Vuelta computó doce etapas en catorce participaciones. En el calendario nacional se granjeó gran parte de su palmarés, con únicamente cinco victorias fuera de las fronteras españolas, dos de ellas en el Giro de Italia. Tal vez fue el paso que le faltó para triunfar del todo a nivel internacional. En los rankings de ProCyclingStats, por ejemplo, está ubicado en el top 44 histórico, lo que da idea del tamaño de su figura. 

Coincidió con grandes rivales. En el Tour con Julio Jiménez, Poulidor, Aimar, contra los que compitió en el Tour de 1966, donde fue 18º pese a ser el primero en el que se colocaba un dorsal. En la Vuelta ese mismo año y como debut en las grandes vueltas se coronó con la general de las metas volantes y la victoria en Bilbao, la etapa final, firmando un 12º puesto en la clasificación, muy meritorio por la superioridad del KAS, con seis ciclistas entre los siete primeros, equipo en el que se enroló entre 1971 y 1978. En la ronda francesa fue campeón de la montaña en 1974, el último de Eddy Merckx. 

Van Impe, Maertens, Zoetemelk, Hinault, Pollentier… la rivalidad que ha tenido no ha sido sencilla. Aún así, pese a la coincidencia con tantas estrellas, ha triunfado en Volta Catalunya, Setmana Catalana, y nada menos que once etapas en la Vuelta al País Vasco. En las carreras españolas de una semana acumuló muchos triunfos, engordando el saco de victorias hasta alcanzar las 124. En los Monumentos no tuvo excesivo éxito. Fue séptimo en Milán-San Remo y quinto en el Mundial de 1977, en el que venció Francesco Moser. También triunfó en el Nacional, con nada menos que dos entorchados. 

Curiosamente, se despidió del ciclismo luciendo los colores del Teka, que vistió únicamente durante una temporada. Su abandono en la Vuelta fue anecdótico, ya en el ocaso de su carrera. Un año antes, en 1978, venció la etapa final, con llegada a San Sebastián, resarciéndose así de su derrota en 1975 y reconciliándose con su tierra. Ahí logró su última gran victoria. 

En el equipo cántabro, lejos de resistir más de una temporada, ejerció labores de dirección deportiva. Teka, Orbea, donde dirigió a Pedro Delgado, Artiach y Euskadi. Lo que no logró como corredor lo hizo desde la parte técnica, elevando a dos de sus ciclistas a lo más alto del podio de la Vuelta. Lejarreta ganó en 1982, por descalificación de Ángel Arroyo, y Pedro Delgado, con aquella inolvidable aventura camino de Segovia. Un hombre de éxito, acostumbrado a levantar los brazos, tanto sobre los pedales como al otro lado del volante. Las victorias en el Tour se han resistido, eso sí, pero no todo es el mes de julio. 

Escrito por Lucrecio Sánchez

Foto: Sirotti

Una respuesta

  1. Corrió en Teka si último año en 1.979 y dirigio al equipo Paternina antes de Artiach

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *