El Umbrail, para entendernos, es la cara suiza de ‘Su Majestad’ el Stelvio. Una carretera que parte de Santa María Val Müstair para encaramarse a una escarpada montaña que dará paso, una vez alcanzada la frontera suizo-italiana a la carretera más alta de Italia. Asfaltado hace relativamente poco tiempo (siempre ha sido ciclable en bici de carretera pese a haber sido de tierra), no tiene tanta fama como los colosos que le rodean, quizá por no haber gozado de años con ese rango de puerto al mismo nivel.
La belleza del valle que asciende es sublime, como se puede ver en las imágenes. Las curvas de herradura se suceden y la altura que vamos logrando rápidamente nos permite perspectivas muy interesantes sobre los paisajes que vamos dejando atrás. Las pendientes rondan el 9-10% durante los algo más de trece kilómetros de subida, siendo uno de los puertos más difíciles de los Alpes, si bien el nivel está bien alto. Serán más de 1100 metros de desnivel, lo que arroja una pendiente media superior al 8.5%. Un coloso todavía poco conocido, eclipsado claramente por la fama y dureza del Stelvio, donde gotean constantemente ciclistas, motos y coches.
Al tratarse de la vertiente norte de esta montaña, el frío se dejará sentir en las horas tempranas del día. No hay excesiva protección del arbolado, ya que la sombra brilla por su ausencia. Conforme vayamos ganando altitud la vegetación desaparecerá, a excepción del verde que la pradera alpina nos deja, alternando con roca en algunos tramos y ofreciendo un espectáculo visual de gran calidad.
Llegados a la cima habrá dos opciones: bien volver por la vertiente que acabamos de ascender o bien continuar hacia el Stelvio, para el que aún restarán algo más de tres kilómetros de dura subida. La carretera ahí ensancha y habrá que tener en cuenta el aumento del tráfico. También la altitud, ya que se superan los 2500 metros y eso significa déficit de oxígeno. Es uno de los pasos más altos de Europa y eso se va a dejar sentir en las piernas.
La posibilidad de encadenar montañas para los locos de los puertos hace de este destino una auténtica delicia. Gavia, Forcolla de Livigno, las propias dos caras del puerto más elevado de Italia, Solda, Cancanno, a pocos kilómetros de valle el Mortirolo… las opciones son infinitas en una de las zonas más visitadas para practicar ciclismo del mundo. ¡A disfrutar!
Reportaje más amplio, altimetría y fotos
Escrito por Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Fotos: 1001puertos.com