Qué haríamos si fuésemos directores de un equipo del World Tour. Se dan muchos puntos en carreras que no tienen un nivel excesivamente alto, que es algo que no tiene mucho sentido. Israel y otros equipos se van a meter en la pelea por pruebas de segundo nivel para conseguir la tan ansiada permanencia. El Lotto ha conseguido más puntos con las actuaciones de De Lie (125 puntos en Limburg) que Demare con sus victorias en el Giro (100 puntos). Vemos al Arkéa que renunció a participar en el Giro de Italia y muchos cambalaches, pero no se termina de ver lo positivo para el mundo del ciclismo.
Es un sistema complejo, donde se otorgan puntos a las posiciones finales de los ciclistas en cada carrera. No todas las pruebas valen lo mismo, ni siquiera en las grandes vueltas todas las etapas son iguales a nivel puntuación. Dentro del World Tour no vale lo mismo el Tour de Francia que la Dauphiné. En las clásicas sucede parecido, con diferentes categorías entre ellas. A nivel de rentabilidad, sale mejor ser clasicómano que vueltómano para coger más puntos. Después tenemos situaciones divertidas, como recibir los mismos puntos por ser 12º en la general final del Giro que por ganar una etapa.
Con esto se beneficia mucho el puestometrismo en lugar de pelear por las victorias. Ha sido uno de los grandes debes de la primera grande del calendario, con fugas de ciclistas que se han metido en carrera gracias a ellas y han mantenido después la posición, sin buscar nada más. En las clasificaciones secundarias está uno de los problemas. En la regularidad aportas los mismos puntos que por ganar una etapa. Si añades puntos por pasar por los puntos intermedios, ya los ciclistas que puedan sumar para sus equipos no van a ser los que se esperen al final, por ejemplo. Ahí puede haber más movimiento a lo largo de las etapas. Lo mismo sucedería con los puertos de montaña, donde podíamos ver algo diferente, estrategias más ofensivas. Se valoran muy poco estas clasificaciones.
Uno de los casos más extraños de los últimos años ha sido el de Nairo Quintana, moviendo sus picos de forma al inicio de la temporada, a carreras más modestas donde aseguran muchos puntos y después ya pueden avanzar con más tranquilidad a lo largo del año. Luego en las grandes no ha estado al nivel, pero el avance está ya hecho a esas alturas. Los debates en este sentido están servidos. ¿Qué hacer con los líderes? ¿Dedicas a los líderes a las carreras más secundarias donde no habrá tanta competencia o realmente les mostrarías en carreras con una competición más dura por la calidad de los rivales? Al final todos buscarán lo práctico y mirarán las participaciones y evitarán pruebas para no perder puntos contra rivales más grandes. Todas son tácticas legítimas, las normas están ahí para todos.
Movistar, por ejemplo, ¿en qué está basando sus cartas? Habrán echado sus cuentas con los que ha enganchado Valverde y sus puestos en las Ardenas. Les queda Enric Mas con la de puntos que sumará en Tour y Vuelta, aunque es difícil. Iván García Cortina no ha dado un paso adelante y no ha sumado mucho. Sí, tienen a ambos entre los primeros 20 del ranking, pero ninguno aparece entre los 100. Y donde hay muchos ciclistas de un nivel inferior por encima. Pero al final cuentan más las pruebas más modestas y se están viendo beneficiadas, que es algo positivo, de este hecho y van teniendo mejores participaciones.
Escrito por Sergio Fernández Yustos (@sergioyustos) & HC Wanders (@hc_wanders)
Foto: @ACampoPhoto