Las grandes historias del ciclismo británico se han escrito en su gran mayoría en torno a los velódromos, ese territorio ovalado que reparte gloria y educa para ella, bien en forma de triunfos en el peralte o bien de futuro en la ruta. Un punto de apoyo para la contrarreloj, esa disciplina donde los ciclistas crecidos en las islas han terminado por crear escuela: Boardman, Wiggins, Millar… Una de las mejores ciclistas en pista de la historia no sólo del planeta británico, sino del planeta en general ha sido Victoria Pendleton, conocida con el sobrenombre de ‘la Reina de la Velocidad’.
Una de esas mujeres que han dejado su huella a su paso por el ciclismo. Un nombre más famoso e inspirador en su país, donde incluso fue reconocida como Comandante de la Real Orden del Imperio Británico, que fuera de él. Lo fue por sus logros en la pista, acumulando numerosas victorias en los Campeonatos Mundiales con hasta nueve títulos (siete conseguidos de forma individual) y varias medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín y de Londres, lo que convirtió a ‘Vicki’ en una auténtica estrella en su Inglaterra natal.
Una mujer que empezó en una superficie bastante desconocida en el mundo del ciclismo como la hierba. Desde los nueve años ha disputado carreras sobre verdes praderas que cubrían el firme en el que se disputaban. Más de raíz británica y emulando en cierto modo las competiciones de pista sobre las que Victoria construiría después su éxito y su fama, sorprende por lo exótico que una campeona como ella no mamara los velódromos desde el primer día y tuviera sus orígenes en una modalidad ciclista que ha cobrado poca fama en el resto del continente. Su hermano Max fue campeón nacional en ella, como curiosidad. Y también como curiosidad, tiene un hermano gemelo.

Tras sus grandes éxitos en el ciclismo, decidió cambiar la bicicleta por el caballo y se hizo jockey, aunque no obtuvo grandes resultados. Ha pasado por numerosas portadas de revistas y entrevistas en la BBC, que llegó a hacer más de un reportaje sobre su figura, inspirando a muchas mujeres a seguir los pasos del esfuerzo y la constancia hacia el éxito. Biografías y libros sobre ella, participación en política (aunque mínima) y también montañismo.
Como toda celebrity, terminó cayendo en las garras de la televisión y participó en algún concurso en formato reality. Aunque también se relacionó con la pequeña pantalla por un motivo más obvio y brillante, que fue ser una de las especialistas de la BBC en la retransmisión de los Juegos de Tokyo, celebrados en 2021.

Como estudiante, no abandonó la práctica del ciclismo y sería tres veces subcampeona del Campeonato Británico de pista. Se trasladó a Suiza para optimizar sus entrenamientos junto al equipo del World Cycling Centre de Aigle. Su victoria en Manchester llevó a Pendleton a ser seleccionada, como era previsible dado su gran nivel, para el equipo de pista que iba a representar a Reino Unido en los Juegos Olímpicos de Atenas. Consiguió diploma olímpico en contrarreloj y obtuvo la experiencia suficiente para alcanzar la medalla de oro en las dos ediciones de los JJOO que estaban por venir, la segunda de ellas apenas a sesenta millas de distancia.
Tras sus grandes éxitos en el ciclismo, decidió cambiar la bicicleta por el caballo y se hizo jockey, aunque no obtuvo grandes resultados. Ha pasado por numerosas portadas de revistas y entrevistas en la BBC, que llegó a hacer más de un reportaje sobre su figura, inspirando a muchas mujeres a seguir los pasos del esfuerzo y la constancia hacia el éxito. Biografías y libros sobre ella, participación en política (aunque mínima) y también montañismo.
Como toda celebrity, terminó cayendo en las garras de la televisión y participó en algún concurso en formato reality. Aunque también se relacionó con la pequeña pantalla por un motivo más obvio y brillante, que fue ser una de las especialistas de la BBC en la retransmisión de los Juegos de Tokyo, celebrados en 2021.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Foto de portada: David Poultney via Flickr.com