Cuando Erwin Janssen fundó en el año 2010 el equipo ciclista femenino – primero amateur, sin estatus UCI – bajo el paraguas de su empresa Dolmans Landscaping Group difícilmente auguraba, aunque quizás ambicionaba, los hitos que iría logrando a lo largo de los más de dos lustros en el pelotón.
Hitos que comenzó a alcanzar en mayor medida tras la incorporación, en la temporada 2013, de dos de las que han sido piedras angulares del proyecto, el manager y director Danny Stam (que continua en sus filas) y la británica Lizzie Deignan (entonces Armitstead). Convirtiéndose, ya bajo el nombre de Boels Dolmans, rápidamente en una de las referencias del pelotón internacional.
Sin embargo, lo que probablemente Janssen no llegaba siquiera entonces a ambicionar era el gran cambio y evolución que se ha producido en estos años en el pelotón femenino.
Desde sus albores el equipo ha sido sin duda un vehículo dinamizador y posibilitador de ese cambio que hemos visto en este y más aún en este último lustro. Aunque, en ocasiones también hemos visto como se enfrentaba o confrontaba a este cambio como, por ejemplo, en la resolución del contrato por embarazo de su entonces ciclista franquicia Lizzie Deignan; un cambio que finalmente abrazarían años después – o al que se someterían asumiendo la norma ciclista y social vigente – con otra de sus ciclistas estandarte, con el embarazo de la neerlandesa Chantal van der Broek-Blaak.

2016, el año del rodillo neerlandés. El año de los JJ. OO. de Río fue un año de cambios. No solo dijimos adiós a la Copa del Mundo de la UCI, a la que daría el relevo el UCI Women’s World Tour, sino que también comenzamos a despedirnos del equipo Rabobank-Liv. El banco neerlandés abandonaba el patrocinio a finales de 2016, el conjunto continuaría, pero sobre todo el concepto y proyecto se diluían.
Su otrora dominación dejaba paso a la del Boels Dolmans – hoy SD Worx –. De la mano de una imperial Megan Guarnier se imponían en los ránquines individuales y por equipos UCI y UCI WWT. El sorpasso se sustentaba también en gran medida en Van Dijk, Van der Broek-Blaak, Stevens, Majerus y Deignan.
Pero, sobre todo, durante la temporada de clásicas, el circuito del WWT y la primera mitad de la temporada mostraron una sensación de superioridad con aromas pasajeros de imbatibilidad que en cierto modo se asemeja a la dinámica actual y a las brillantes actuaciones de las ciclistas del conjunto neerlandés.
Boels Dolmans cerraba el 2016 con 34 victorias UCI en carretera, alcanzado las 17 al concluir mayo. Cifras, que unidas a las sensaciones mostradas, se asemejan a las actuales. A día de hoy SD Worx acumula 19 victorias UCI en carretera y se ha convertido por méritos propios en el gran dominador de lo que llevamos de temporada.

Solo tras el Giro Rosa, y fundamentalmente con y tras la “debacle” de Río, el conjunto pareció diluir esa sensación de dominación. ¿Qué nos deparará lo que resta de temporada? ¿Podrán mantener tan buena dinámica en el Giro Donne y en Le Tour de France des Femmes?
A pesar de que, como decíamos antes, tras la disputa de los Juegos de Río 2016 la dinámica victoriosa se disipó un poco – algo en gran modo lógico por la motivación que estos suponen y a que la planificación gira en torno a este gran día o días – el rodillo neerlandés también pasó por Doha, logrando el arcobaleno con la ciclista más joven del equipo, la danesa Amalie Dideriksen. En su segunda temporada como sub-23 la danesa igualaba la proeza lograda por la neerlandesa Vos y la británica Cooke de imponerse en el campeonato del mundo en línea absoluto habiendo hecho lo propio anteriormente como juniors.
Casualidades de la vida, la ciclista más joven del equipo SD Worx este 2023 es también una corredora de segundo año sub-23. Si bien no logró el maillot arco iris como junior, Marie Schreiber procede como Amalie de una nación un tanto exótica o menos favorita en los campeonatos del mundo.
¿Veremos en Glasgow 2023 con Schreiber un nuevo déjà vu en la nueva era de dominación del rodillo neerlandés?
Escrito por Diego Martín
Fotos: ASO / Cxcling / Thomas