El intenso duelo vivido en la Volta Catalunya 2023 entre Remco Evenepoel y Primoz Roglič ha supuesto uno de los highlights de lo que va de temporada. Sí, han sido duelos muy similares unos a otros, con ambos ciclistas jugándose en las bonificaciones la victoria o la derrota, el ser o no ser en esta prueba catalana que suponía un objetivo estratégico muy importante para ambas estrellas. Pero ha dado qué hablar, que no es poco en estos días de sobreinformación y competencia entre carreras ciclistas. El esloveno quería añadirla a su colección de victorias y ya sólo le falta Suiza para haber conseguido todas las rondas HC del calendario.
El duelo con Remco ha sido en clave Volta, pero más en clave Giro. Ambos asistían imbatidos esta temporada y necesitaban dar el do de pecho para conservar ese halo de superioridad, o al menos la duda. Un duelo psicológico en el que en Jumbo Visma ya se han acostumbrado por vivirlo de la mano de Vingegaard, aunque Roglic en este tipo de carreras es, sin lugar a dudas, no ya sólo uno de los mejores del mundo, sino tal vez el mejor de la historia: perfecto en crono, en finales en alto, rápido, baja magníficamente bien, es inteligente y lee bien las carreras…

- Roglič se queda a una victoria de completar una colección histórica
Un hito que, tirando de hemeroteca, ni siquiera ha logrado Eddy Merckx. Tirreno Adriático, sin ir más lejos, carrera que el esloveno ha conseguido en dos ocasiones, no figura en el palmarés del belga, que fue segundo en 1976, siendo éste su mejor resultado en la carrera de los dos mares. Roglič ha iniciado el año como suele, ganando y siendo el más eficaz de todos estos superclase que maravillan a los aficionados una y otra vez a lo largo del calendario. No ha necesitado grandes alardes ni esfuerzos para hacerse con la general.
- Evenepoel debe acogerse menos a los extremos
El belga es demasiado temperamental. Las venganzas deben servirse en plato frío. Ha tenido delante un muy buen espejo en el que fijarse de cara a futuros. Entre todas las coincidencias, ambos son los dos últimos vencedores de la Vuelta a España. El campeón del mundo ha acabado con buen sabor de boca, con dos victorias y un segundo puesto que sabe muy bien por haber demostrado estar tan fuerte como Roglič. A excepción del día de Lo Port, donde en aquella explosión final se dejó unos segundos preciosos. Los mismos que perdió en la celebración de La Molina.
Pero también con la sensación de haber jugado sus cartas de una forma muy predecible. Según sus propias palabras se precipitó en algunos momentos y debió calcular bien sus fuerzas. Si realmente aprende de esas presuntas equivocaciones, su derrota en la Volta será muy útil en el futuro cercano, con un Giro de Italia que subyace de cada pensamiento que ambos contendientes han planteado.
- ¿Dónde perdió la carrera Remco?
Puede que en esos suspiros de La Molina, donde haber salido líder hubiese situado la pelota y la presión en el tejado del esloveno. El de Jumbo estaba más fuerte, parecía. Sobre todo en el sprint, y hubiese jugado sus bazas de otra manera, está claro. Desde el primer día ha jugado a la contra y con viento a favor. La llegada a Vallter 2000 también tuvo una clave, y fue el sprint de Remco por el exterior de la curva que conducía a meta. Primoz es más rápido igualmente, pero hay que aprender a no conceder tanta ventaja ante rivales así, casi inexpugnables.

- Victorias sin arco iris
Dentro de la comprensión por los acuerdos comerciales a los que la organización haya llegado, no deja de ser una auténtica lástima que Remco Evenepoel tenga tanta presencia en la carrera luciendo el maillot de mejor joven en lugar del resplandeciente y mediático maillot de campeón del mundo. A corto plazo, el beneficio de un patrocinador contento es indudable. A la larga, la foto de un campeón legendario como el belga levantando los brazos en dos ocasiones luciendo el arco iris hubiese supuesto una foto para la historia de esta carrera. En ocasiones no se podía distinguir a Roglič de Evenepoel en carrera.
- El recorrido, un aspecto a mejorar
Sí, terreno ha habido para ver cosas y, de hecho, se han visto. Pero no deja de ser algo aburrido observar el mismo desenlace una y otra vez. Cuando existen ciclistas tan superiores al resto, la carrera queda muy bloqueada si el recorrido ofrece siempre las mismas bondades. Tres finales en alto en siete días, sin ninguna contrarreloj, que hubiese lucido magnífica con estos dos ases de la especialidad, por cierto. Días de transición y atravesando las mismas carreteras un día y al siguiente. Ha faltado imaginación, pero además cuando la ha habido, como fue en la etapa que llegaba a Molins de Rei, se suprime a última hora el único elemento distinto: la subida a Fontpineda.
Las críticas afloraron en redes sociales y foros especializados, ya que no había una razón lógica para suprimir esta montaña. Razones de seguridad, dijeron. Miedo al descenso, en realidad. Afectó demasiado la terrible caída de Dario Cataldo. Los recorridos son el gran debe de una edición que una vez más ha repetido finales y casi rutómetros. Algo sobre lo que reflexionar.
- Soler, un paso adelante
El catalán corría en casa, y fiel a la tradición, hizo una carrera de menos a más que le metió entre los más fuertes. Faltó algo de coordinación con Joao Almeida, que era el teórico líder del UAE para la carrera. En Lo Port el español anduvo por delante de su líder, que sufría, buscando sus opciones de etapa. En el circuito de Montjuic exactamente lo mismo. Pero una cosa está clara, y es que este ciclista ha mostrado muy buen nivel, lo cual es muy esperanzador para el resto de la temporada.

- Doblete de Groves, el único rebelde
Dos llegadas al sprint puras y dos victorias del australiano. No es que la concurrela de velocistas fuese de demasiado postín, pero sí que esta Volta le reportará mucha moral para continuar de aquí en adelante luchando con Philipsen por ser el velocista del Alpecin Deceuninck en próximas citas. Responder con victorias a la confianza depositada es siempre una buena idea y Kaden ha logrado ofrecer las dos primeras a sus nuevos directores.
- Landa, sin explosividad
El vasco ha mostrado un nivel más que aceptable. Su quinta plaza final da más moral al de Bahrain Victorious como gran líder del equipo. Se ha visto que en las llegadas en alto su forma ha crecido bastante y que ha estado con los mejores, en el siguiente vagón a los dos claros dominadores. Pero en este ciclismo de etapas cortas y subidas explosivas, le ha faltado esa chispa necesaria y que a él con los años no le va a aparecer. Frente a estos corredores, sólo podría tirar de fondo para intentar batirles. Pero con etapas unipuerto o con poca dureza previa… Y el Tour va a ser un tanto similar, por lo que es buen ensayo de lo que le espera en el mes de julio.
- Ciccone pudo con el duelo de grandes
Fue sólo una tarde, eso sí. El italiano venció en la cima de Vallter 2000, derrotando en el sprint tanto a Evenepoel como a Roglič. Gracias a ello, los dos ciclistas no han acumulado más victorias y éxitos en la carrera catalana. Buenas sensaciones y buen puesto en la general para ir creciendo de cara al Giro de Italia, donde se verá las caras de nuevo con ellos. Pasará lo que tenga que pasar, pero esa foto quedará para siempre, sin ninguna duda.

- Urán mejor que Carapaz
Suponía el debut de ambos en competición europea. En el caso de Rigoberto, total. Y el caso es que Urán ganó la partida al ecuatoriano. El colombiano entró por los pelos en el top ten y mostró muy buena cara. Los objetivos están puestos en el mes de mayo y parece que el subcampeón en dos ocasiones del Giro tiene opción de hacer una buena carrera liderando a EF. Carapaz, en cambio, dejó ver que aún debe perder peso. Es cierto que sus objetivos son más tardíos y que las circunstancias le han hecho ser menos competitivo de lo que el campeón de El Carchi hubiese deseado. Aún así, su raza de campeón le hizo jugar al ataque donde pudo para al menos dejarse ver.
Escrito por Jorge Matesanz
Fotos: Volta a Catalunya