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Vuelta Cicloturista a España 2022 (en 14 días)

Que nadie se lleve a engaño, no es una Vuelta real (al menos a día de hoy). Es una propuesta que intenta englobar los diversos sitios de la geografía española y alrededores que tienen encanto suficiente para ser visitados en una ruta sin fin, de dos semanas de duración que incluye, obviamente una mínima planificación y una ruta prefijada.

No hay tiempos. Dejaremos la competición para las carreras o las mal llamadas marchas cicloturistas. Aquí el objetivo es disfrutar del paisaje, la compañía (si la hay), la gastronomía e incluso el esfuerzo. Será necesario llegar con los transportes donde la bicicleta no llega. Es decir, que los grandes traslados serán acometidos a través del tren o del vehículo privado. Lo principal es que los kilómetros sobre la bici sean de calidad, que ya serán bastantes de por sí. Es requerida una muy buena forma física y la posesión de una bicicleta de carretera, gravel o MTB, si bien la mayoría del trazado será por asfalto.

Día 1. Pistoletazo de salida en Almería.

Elegimos Almería por encontrarse cercana a una zona maravillosa para practicar ciclismo como el Cabo de Gata. La multitud de calas, pequeñas playas y acantilados hace de esta zona un lujo para los ojos. Antes de adentrarnos en el Parque, debemos afrontar la primera montaña importante del periplo de dos semanas. Se trata del Puerto de Enix (16 kilómetros al 6%), cuya vertiente de subida nos permitirá echar la vista atrás y observar qué lejos queda el mar y los mares de plástico, y de bajada, que nos regala vistas sobre toda la Sierra de Gádor y los pueblos que acoge.

Posteriormente, tras finalizar la bajada por una variante diferente y menos transitada por coches, disfrutaremos de un tramo llano largo que nos llevará al Cabo de Gata. Recomendada una parada en la Playa de los Genoveses. Incluso un baño en sus aguas cristalinas.

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Día 2. Desde Lorca hasta Blanca, los encantos murcianos.

Arrancamos desde Lorca, junto a la autopista que nos ha traído desde Almería. Al comienzo, las comarcales nos irán aproximando a la Sierra de Espuña. Pasamos junto al pueblo de Aledo, muy bonito, y enfilamos la subida al durísimo Collado Bermejo. Continuamos, una vez en la cima, hacia Morrón de Espuña. Una impagable atalaya sobre toda la sierra. Dejamos atrás las moles rocosas que coronan estas montañas para bajar las herraduras del Collado Bermejo hacia el Alto de la Perdiz. El descenso es peligroso y se las trae, pero iremos con toda la precaución. El trazado, eso sí, es precioso.

La bajada del Collado Bermejo. Ⓒ Andalucía Cicloturismo

Una vez en El Berro y tras terminar unos últimos metros de descenso, tomaremos la RM-515 en dirección Pliego, con algo más de tráfico. Atravesamos el puerto de mismo nombre, con precioso arbolado (en febrero y primavera es un espectáculo), y descendemos hacia el municipio. Circunvalaremos Mula para dirigirnos al Valle de Ricote. Esquivando el puerto homónimo, seguiremos el transcurso del río Segura para llegar a nuestro destino: Blanca. Una vez en el bonito pueblo murciano, terminaremos ruta en el Mirador del Alto de Bayna, que nos ayudará a divisar desde una buena altura todo el entorno, incluido el pueblo en el que pernoctaremos.

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Día 3. Unimos la playa de Torrevieja con la montaña valenciana

Sí, suena a mucha dureza. Y ciertamente es una ruta muy dura, pero al mismo tiempo preciosa. Desde Torrevieja a Moixent, casi 170 kilómetros de recorrido y más de 2500 metros de desnivel. Salimos desde la playa de los Naúfragos en dirección a la Laguna Rosa. Precioso tramo con el color del agua entre el rosaceo y el anaranjado del reflejo del sol. Atravesamos Elche por sus palmerales, los más grandes de España, y nos adrentramos en la Sierra de Maigmó a través de Petrer y el rabioso Alto del Catí, descendido por su vertiente de porcentajes salvajes.

Rodeamos Castalla y subimos el Alto de Onil, que sin grandes rampas, nos llevará tras coronar a un largo descenso que nos acercará a Ontinyent. Pasamos de largo y nos acercamos al tramo final, con ascensos al Portixol, cuyo descenso tiene miga, bajada por Moixent (podéis elegir por Vallada y acercaros a la localidad de meta por la vía de servicio de la autopista), y ascenso final a Cumbres de Valencia, muy duro y con carretera estrechita que merece la pena por lo altimétrico y por las vistas. Descenso de nuevo a Moixent y a descansar.

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Día 4. Las desconocidas sierras turolenses

Que nadie se baje todavía, que falta lo mejor. Los puertos de Cabigordo, Villarroya, Cuarto Pelado y miles de repechos nos llevan al precioso y duro Mirador de Pitarque (San Cristóbal). Revueltas, herraduras, en una subida poco conocida y que hará las delicias de los ciclistas. Paisajes, carretera estrecha, un trazado magnífico y tráfico inexistente. Llegados a Aliaga, tomamos la preciosa carretera en dirección a Alcorisa.

El interesante Puerto de Cuarto Pelado. Ⓒ 1001puertos.com

Una localidad para no perderse, con edificios muy interesantes. Lo pintoresco de estas localidades aragonesas nos llenarán de encanto el espacio que nuestras reservas hayan dejado. Poca sombra durante el camino, algo a tener muy en cuenta.

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Día 5. Conoce el Valle de Benasque

Aragón nos vuelve a acoger con una ruta de menos a más. Desde Fraga, serán 175 kilómetros con 2500 metros de desnivel positivo. Ningún puerto puntuable hasta llegar a Castejón de Sos, donde la carretera comienza a ponerse en cuesta y girando a la izquierda y evitando el duro Puerto de la Espina, nos dirigiremos al Alto de Ramastué, con buenas rampas y un trazado espectacular que nos permitirá dominar el valle. De ahí, subidas y bajadas hasta que llegamos a la carretera que asciende a Benasque.

La invernal localidad tiene mucha vida en verano, aunque cuidado con las tormentas en el valle. Seguimos ascendiendo por el valle, pasando el desvío a Cerler, que dejamos para otro día, y sufrimos para alcanzar lo alto de los Llanos del Hospital. Es decir, remontamos todo el valle hasta que se acaba el terreno ciclable. A los pies del Aneto y con muchas alternativas de camping, disfrutar de este valle es algo casi obligatorio.

Antes de llegar al Pirineo, el paso por Graus y su embalse y los Congostos de Olvena y de Ventamillo añaden dureza y belleza a partes iguales a la ruta.

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Día 6. Corto e intenso esfuerzo camino de Ordesa-Monte Perdido

El esfuerzo será difícil de ir digiriendo. Por ello, esta vez toca una jornada corta, pero muy intensa. Esta vez tendremos cuidado con las cubiertas si estamos ascendiendo en una bicicleta de carretera, puesto que vamos a atravesar el Collado de Sahún, sin asfaltar. Desde Chía es una mole durísima que sin grandes rampas te eleva a más de 2000 metros de altitud.

Sahún, el eterno ignorado. Ⓒ High Cycling

Arriba podremos disfrutar de la vista sobre las dos vertientes, aunque aún habrá más encantos. El restaurante de la cima ofrece comida muy rica a precio asequible y unas vistas sobre el valle de Plan y Chistau que harán disfrutar la comida el doble. La bajada tiene mucha piedra suelta y será complicada. Tras esos doce kilómetros de sufrimiento, ya en el valle, nos dirigimos a Salinas atravesando la montaña por unos túneles abiertos que son una gozada en verano.

En Bielsa giramos a la izquierda y enfilamos el leve ascenso al Parador de Ordesa. Si aún nos quedan fuerzas después de estos casi 75 kilómetros, podremos subir a cualquiera de las pistas del valle que nos elevan sobre el amplio cañón que forma este precioso Parque como Punta Liena.

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Día 7. La Selva de Irati, de lo más espectacular de Navarra

Las emociones no terminan aquí. El cansancio se acumula, y tras una etapa un poco más corta, aunque intensa, regresamos a los 135 kilómetros y al terreno difícil. Desde Jaca, ascenso directo al Puerto de Oroel, que sin ser muy duro, sí que enlaza con San Juan de la Peña. Monasterio bonito de ver. La bajada enlaza con la Nacional que nos acerca a Biniés, donde hay unas hoces y cañones preciosos. La carretera es estrecha, típica de montaña.

La preciosa Selva de Irati. Ⓒ Laura Palacio

Pasamos a Navarra por Ansó (un saludo, Raúl). Alcanzamos Isaba y en lugar de subir hacia Belagua y la Piedra de San Martín, giramos hacia el Puerto de Laza y el valle de Ochagavía, donde pasaremos la noche. Comenzamos a ascender el duro Larrau para tomar un desvío a la altura de un centro de esquí nórdico. Llegamos a las inmediaciones del Hayedo de Irati y disfrutaremos de un color verde intenso que se quedará impregnado en nuestros ojos más que en nuestras piernas.

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Día 8. Descanso en Pamplona.

Día 9. De Pamplona a Ordizia, los encantos de las sierras fronterizas

La capital navarra nos despide con un recorrido no excesivamente largo. Algo más de noventa kilómetros nos llevarán a territorio guipuzcoano, a la ciclista Ordizia. Atravesaremos varios puertos, eso sí. El primero de ellos, Echauri, tiene dureza para dejarnos ya con las fuerzas justas. Aunque su escasez de grandes rampas nos permitirá ir piano piano en su ascenso. El alto de Lezaun lo pondrá más difícil de camino al Puerto de Lizárraga, sin gran dificultad.

El descenso es un momento de descanso, puesto que además es larguísimo por esa cara. Después llegamos a la sierra de Urbasa y al puerto de mismo nombre. No es duro, pero sí muy bonito. El descenso en esta ocasión sí entraña su peligro y nos deja en Beasain, a pocos kilómetros de Ordizia, donde termina nuestra ruta de hoy.

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Día 10. Etapa reina en País Vasco

¿Cómo puede ser que el ciclismo profesional no haya diseñado una ruta tan dura en territorio vasco? Salimos del bonito puerto de Guetaria. Y lo hacemos con ascenso a un duro repecho que será el anticipo del duro enlazado de los puertos de Endoia y Azurki. Sobre todo este último, con mucha dificultad y carretera estrecha que dará aire de alta montaña. Bajamos, no sin precaución, y tras pasar Elgoibar y casi entrar en Eibar, nos dirigiremos a su polígono industrial para subir a Arrate por la extrema vertiente de Krabelin. Pista estrecha, a rampones, vistas espectaculares. Ciclismo en estado puro. La cima del puerto nos permitirá tomar un respiro.

Bajamos por Ixua hacia Markina y desde allí comenzamos un ligero ascenso hacia el Balcón de Vizcaya. Giramos a la izquierda y afrontamos el Muro de Oiz, una subida que ya realizó la Vuelta a España en 2018 cuando terminó una etapa en su cima con victoria para Woods. Bajada a Durango y nuevo ascenso, esta vez a Urkiola. No hay que descubrir la dureza de este pequeño coloso. Pasado Otxandio tomamos un par de atajos que nos dejan en la Nacional que conduce al Puerto de Barazar, que no tiene dificultad por esta cara.

Rápida bajada, llegamos a Areatza y, de pronto, nos ponemos en pie de guerra para ascender a través de un bosque encantador hasta Pagomakurre, a los pies del pico Gorbea, uno de los puertos más bonitos de España. Si sobrevivimos a los 4000 metros de desnivel en apenas 130 kilómetros, disfrutaremos de un picnic en los merenderos de la cima, con espectaculares vistas.

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Día 11. Atravesamos los Valles Pasiegos

Bonito recorrido en la segunda mitad. Muy interesante el día, con paso por la zona de Las Encartaciones, en un constante reguero de repechos, que poco a poco lleva al valle del Asón y al inicio del puerto más duro del día, el Portillo de La Sía. Cascadas, verde, carretera arreglada, pero pintoresca… un menú inigualable. La bajada es peligrosa y llevaremos todo el cuidado posible. Llegado el cruce hacia Espinosa de los Monteros, giraremos a la derecha para comenzar a subir al suave Estacas de Trueba.

Uno de los puertos más bonitos de España. Ⓒ High Cycling

De nuevo, ríos, pequeñas cascadas, merenderos, preciosas vistas sobre picos y montañas. Coronamos, ya en Cantabria de nuevo, y procederemos al descenso. Es uno de los más bonitos que se puede hacer, la recompensa a un día tortuoso como los anteriores. Una vez alcanzada la localidad de Vega de Pas, se prosigue por un sombrío recorrido paralelo al río Pas que nos relajará por el sonido del agua y por el suave descenso hasta cruzarnos con la Nacional.

Para llegar a Ontaneda podemos afrontar la carretera, aunque el elevado tráfico lo desaconseja. Mejor utilizar la Ruta Verde del Pas para llegar hasta la localidad cántabra y descansar.

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Día 12. De Corconte a Briviesca, uno de los días más rompepiernas acompañando al Ebro

Las piernas comienzan a pesar. También la cabeza, que sabe que va a tocar sufrir. En este caso habrá que añadir el enemigo del viento, más allá de la fricción y el propio terreno. Salimos del pantano del Ebro, en Corconte, junto a su balneario. Vamos dirección sur por carreteras secundarias y cuando llegamos a la altura de Ruerrero nos unimos al río Ebro y lo acompañamos a lo largo de bastantes kilómetros.

Los cañones que forma el mismo son espectaculares. La zona que nos lleva de Escalada a Pesquera de Ebro es absolutamente magnífica. Después descendemos el puerto de La Mazorra y pese a la molestia del alto de Cereceda nos plantamos al pie del último puerto del día, el Portillo del Busto. Pasado Frías comienza una subida que no es muy dura, pero sí estrecha y sinuosa. La bajada hacia Cascajares precede un llano que nos dejará en Briviesca, meta de nuestra ruta.

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13. El Románico y el Medievo se unen

Desde Frómista hasta Coca, unos 150 kilómetros de viento, llanura y algunos repechos. Y es que Eolo será nuestro mayor enemigo en estas tierras de Castilla donde la arboleda es escasa y los páramos rizan todavía más la fuerza del elemento. Algunos tramos discurren por el refrescante Canal de Castilla.

Coca nos recibe, eso sí, con las puertas abiertas. Su castillo, uno de los más impresionantes de la geografía española, recorta el horizonte desde la lejanía para anunciar nuestra llegada a la meta.

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Día 14. Madrid, destino final

Las comunicaciones de la capital con el resto de España nos hace elegir la ciudad como final de nuestra ruta. Así, procedamos de donde procedamos, podremos regresar a destino con mayor facilidad. Eso sí, la ruta no lo pondrá nada fácil.

Empezamos la última etapa en Segovia, de camino ascendente hacia La Granja de San Ildefonso, con dirección Puerto de Navacerrada. Un buen entrante. Seguimos de frente en la cima y bajamos hacia Mataelpino, por donde llegaremos en nada a Manzanares el Real, con su magnífico castillo siempre presente. En ese lapso tendremos un breve llano hasta pasar Soto del Real, donde comienza La Morcuera, el ascenso más duro del día. Coronado éste, bajada no excesivamente peligrosa y sin descanso comienzan las primeras estribaciones de Cotos.

Morcuera será uno de nuestros últimos sufrimientos. Ⓒ High Cycling

Un encadenado mítico de la Vuelta a España del que disfrutaremos. Entre medias, el empedrado de Rascafría y las bonitas vistas sobre el valle que vamos a ir remontando. Cotos no es duro, pero sí que hace que el cansancio previo salga a relucir. Llegamos de nuevo a Navacerrada y, con la vista de reojo en la Bola del Mundo, nos lanzamos de nuevo en el descenso, esta vez con destino Cercedilla.

Allí podremos coger el tren dirección Madrid. También si se nos ha hecho bola la mañana para descender desde Cotos o Navacerrada. Pero antes tendremos un tentempié más: el Puerto de la Fuenfría. Sus rampas no son nada del otro mundo, a excepción de la zona de Las Dehesas, algo más empinadas. La dificultad será que es un puerto cuya segunda mitad se desarrolla en tierra. En buen estado, eso sí. Coronando a sus casi 1800 metros, termina nuestra Vuelta Cicloturista a España 2022. ¿Te apuntas a la próxima?

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Escrito por Lucrecio Sánchez

Foto de portada: High Cycling

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