Tadej Pogacar y Wout Van Aert, dos de los mejores ciclistas del pelotón actual, terminaron el pasado Tour de Francia con sensaciones muy diferentes, el primero con el sentimiento de haber sufrido la primera gran derrota de su carrera, mientras que el belga con el de haber dado una auténtica exhibición etapa tras etapa, consiguiendo hasta un total de cuatro y siendo clave a la hora de lograr la primera ronda francesa para su compañero Jonas Vingegaard. Dos grandes grandes campeones que han roto todos los estereotipos y que han sido capaces de demostrar que los extremos se pueden llegar a tocar.
Acostumbrados a vivir en un ciclismo en el que todo se encontraba perfectamente cuadriculado y dónde cada uno de los corredores sabía cuál era su labor en función del terreno que tenían que afrontar, ha llegado una nueva generación liderada por ambos y que está siendo capaz de ganar en casi cualquier tipo de final, desde las subidas más duras, hasta un sprint contra los hombres más rápidos del pelotón.

Una situación que no se veía desde los años de dominio del gran Eddy Merckx y que se comenzó a evidenciar cuando dos jóvenes estrellas del ciclocross (Mathieu Van der Poel y el propio Van Aert) decidieron dar el salto a la carretera y continuar con otra rivalidad que va camino de entrar en los anales de la historia de este deporte (si es que no lo ha hecho ya). Al mismo tiempo aparecería el ya mencionado Tadej, formando así un Triunvirato con unas capacidades que muy pocas veces se han llegado a ver en el ciclismo mundial. Mientras Mathieu y Wout despuntaban en las mejores carreras del calendario, el esloveno comenzaba a brillar en una Vuelta a España en la que terminaría ocupando el tercer escalón del podio. Un pequeño aviso de lo que estaba a punto de demostrar.
De esta forma, tanto el belga como el esloveno fueron construyendo su trayectoria, hasta tener su primer gran enfrentamiento en los pasados Juegos Olímpicos, dónde el exceso de vigilancia entre ambos acabó provocando que ese primer cara a cara fuera aprovechado por Richard Carapaz para dar una histórica medalla de oro al ciclismo ecuatoriano. El segundo asalto lo vivimos hace tan solo unos días, en el GP de Montreal. Cuándo todo parecía indicar que la victoria se la llevaría Van Aert, ya que era el hombre más rápido del grupo que llegaba en cabeza, Tadej consiguiría sorprenderle y ganar el sprint a uno de los hombres más rápidos del World Tour. Uno a cero para el esloveno.

El tercer asalto y esperemos que no definitivo lo veremos el próximo 25 de septiembre, en el mundial que se disputa en la ciudad australiana de Wollongong y en un recorrido que le viene como anillo al dedo a ambos. Por un lado Wout contará con una de las selecciones más fuertes del campeonato y en la que se encuentra el flamante ganador de la pasada Vuelta a España, además de otros grandes clasicómanos como Stuyven o Lampaert. Por su parte Tadej no tendrá un bloque tan fuerte, pero partirá como líder único de su selección, una circunstancia que puede hacer darle la vuelta a la tortilla a una situación en la que quizás el hecho de contar con tantas estrellas pueda perjudicar a los belgas.
En definitiva presenciaremos una carrera en la que tarde o temprano ambos corredores están destinados a ganar, no sin el permiso de Mathieu Van der Poel, quién a pesar de no haber tenido una buena segunda parte de la temporada seguro que llega dispuesto a hacerse con el ansiado arcoíris.
Escrito por Sergio Quintana
Fotos: UAE / Sprint Cycling Agency
Creo que el Podium en Wollongong sera: Wout Van Aert,
Mathieu Van Der Poel y
Tadej Pogacar.