Ciclistas

Xavi Tondo y lo que el destino nos arrebató

Imposible no acordarse de Xavi en el comienzo de un nuevo año ciclista. Un corredor que fue escalando poco a poco en el escalafón ciclista y que cuando estaba cerca de llegar al momento cumbre de su carrera, desapareció de la forma más trágica, dejando tras de sí un recuerdo magnífico entre compañeros y aficionados. Además de la pérdida personal, la ciclista, con un corredor que en 2010, unos meses antes del suceso, se había clasificado quinto en la Vuelta a España (descalificación de Ezequiel Mosquera incluída). Una carrera en la que tomaron la salida nombres importantes como Vincenzo Nibali, Franck Schleck, ‘Purito’ Rodríguez o Igor Antón, entre muchos otros. Liderando al poderoso Cervélo, siempre estuvo entre los mejores. Un síntoma de su crecimiento y progresión que le valió el paso al nuevo Movistar, el sponsor que sucedió al mítico Caisse d’Epargne. 

Una estructura, la de Eusebio Unzué, que teniendo la baja de Alejandro Valverde por sanción, su gran líder, necesitaba un relevo en esa faceta. Vieron en Xavi ese ciclista seguro, consistente, que podía responder a la necesidad de un gran equipo con una punta de lanza en uno de los eternos objetivos del año, el Tour de Francia. Y ésa iba a ser la gran ilusión del catalán. Un reto que no iba mal encaminado. 

Su Vuelta a Castilla y León de 2011 así lo demostró. Se impuso a Bauke Mollema e Igor Antón, basando su victoria en una contrarreloj donde demostró su evolución, pese a ser un consumado escalador. Solo un consumado especialista como Richie Porte pudo adelantarle. En dicha disciplina obtuvo su última victoria parcial, esta vez en el Tour de San Luis, carrera que perdió en la etapa reina por una desgraciada caída. Unos síntomas que llevaban a pensar que podía ser una baza más que sólida en la general del Tour. 

No se trataba de victorias aisladas. En 2010 ya se llevó una etapa en las prestigiosas París-Niza y Volta a Catalunya, siendo además la de casa. Una escapada con otro catalán, ‘Purito’ Rodríguez, que culminó una larga escapada juntos en la Seu d’Urgell, la etapa más dura de aquella edición. Segundo en la general, se codeó con los mejores, lo que le afianzó como un escudero de lujo para Carlos Sastre, el líder de su formación en las grandes vueltas y al que acompañó en el Giro de Italia. Tercero en el mítico Terminillo, su trabajo fue clave en la recordada etapa de L’Aquila, donde su líder recuperó más de 12′ con respecto al resto de favoritos. David Arroyo, del que sería compañero en el Movistar tan sólo un año después, resistió la maglia rosa fantásticamente bien y se aseguró el segundo puesto en la clasificación final gracias a aquella fuga. 

Tras haber hecho carrera en Portugal y equipos modestos en España y haber ido escalando de nuevo hacia el calendario top del ciclismo siguiendo los pasos correctos, fallecía en Pradollano en un suceso que heló a todos una mañana de mayo de 2011. Sin duda, una desgracia que supuso la pérdida de una persona excepcional, en palabras de ex compañeros suyos. Un corredor muy recordado y admirado por su sencillez y cercanía. Una prueba cicloturista le recuerda año a año en su localidad natal, Valls, en Tarragona. 

Texto: Lucrecio Sánchez  (@Lucre_Sanchez)
Foto: Sirotti

Una respuesta

  1. Para cualquier ciudadano que tuvo el honor y el privilegio de conocerlo en persona solo podemos tenerle un aprecio y estima por lo grande que era tanto dentro como fuera, alguien que radiaba pasión por su oficio, una pasión que transmitía en cada carrera que disputaba. Siempre ejemplar, siempre infinito. Te echamos mucho de menos amigo… INFINITO

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